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El talón de aquiles del aceite

Se piensa que para la conservación y vida útil del aceite del motor el componente fundamental es el filtro mismo del lubricante. Pero no hay tal.


Un mal filtro de aire acaba con el aceite. A pesar de que muchos piensen que para aumentar la vida útil del aceite de motor se recomienda cambiar siempre el propio filtro del lubricante.


Uno, es el deterioro de sus agentes antioxidantes, antiespumantes, antifricción, antidetergentes, entre otros, funciones que están a cargo de los aditivos que cada marca formula según su propio saber, pero siempre con los mismos requisitos técnicos, que son los que generan su homologación y certificación de servicio. Esta merma se da por la alta temperatura de exposición, la pérdida de eficacia de los aditivos que se ‘saturan’ –si la palabra explica–, la baja capacidad para evitar la oxidación que genera los lodos, la formación de burbujas, etc.


El otro es la mugre que el motor ingiere proveniente de la contaminación del medio ambiente y que ingresa a la máquina con el aire de la admisión. Los filtros del aire son muy eficientes cuando son de la calidad que requiere el fabricante y sus medidas son bien rigurosas para que sellen perfectamente en la caja donde se colocan. Pero está comprobado que partículas de mugre, que no son otra cosa que arena y, a su vez, lija, que miden entre 10 y 20 micras, causan la mayor parte del desgaste del motor y no hay filtro que sea capaz de detenerlas completamente.


Esas partículas entran a la admisión y por esa vía a los cilindros y las cámaras. Por nuevo que esté el motor, los pistones al subir producen una presión llamada ‘blow by’, que hace que algunas de estas bajen al cárter y empiecen a circular en el aceite. A su vez, van al filtro del lubricante, que las detiene, pero su capacidad es limitada, y cuando este se tapa se abre una válvula ‘by pass’, que hace que el aceite con todo su mugre circule sin pasar por ese proceso de limpieza.


Por ello, cambiar el filtro de aire con regularidad y la mejor calidad de elemento es tan importante como reemplazar el de aceite. O más. Porque más allá de los daños que cause esa arenilla viajando en el aceite y que raya las partes de alta lubricación, como casquetes y bancadas de los ejes de levas, cuando entra al motor mezclada con el aire y la gasolina se adhiere a los cilindros y los raya, acelerando el desgaste de los anillos. Un motor sin filtro de aire trabajando en nuestras sucias vías puede empezar a pasar aceite a los 5000 kilómetros de esta omisión.


Se ha tenido por norma cambiar el filtro de aire por cada dos de aceite, o sea, cada 15.000 kilómetros, más o menos. Pero si usa el vehículo en terrenos destapados o calles muy sucias, adelante la operación porque, además de dejar entrar toda esa contaminación, con un filtro de aire tapado también se altera la mezcla que queda con exceso de gasolina –o poco aire por la obstrucción– visto de otra manera, y eso diluye el aceite y también acelera el daño de los anillos rápidamente.


Recuerde: el motor es una máquina de quemar aire y este elemento es su materia prima para funcionar. Combustibles hay muchos; aire, solo uno.


Fuente: Por Redacción Motor



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